sábado, 1 de abril de 2017

Épocas de la historia de Tacna

Época precolombina

Al inicio la zona estaba poblada por camanchacos, coles, lupacas, chinchorros, uros. La colonización aymara ocurrió hacia el 800 y posteriormente el Inca Túpac Yupanqui recorrería esta región integrándola al Imperio inca.
En 1572, se inician los primeros asentamientos hispánicos en el valle del río Caplina, sobre el territorio que actualmente ocupa la ciudad.

Época colonial

El primer conquistador por estas tierras fue Diego de Almagro que retornó derrotado de su recorrido del Reino de Chile. Acompañaban a Diego de Almagro de regreso al Cuzco dos evangelizadores llamados fray Antonio Rendón Sarmiento y fray Francisco Ruiz Castellano quienes en su recorrido fueron bautizando los poblados fundados con la primera misa otorgándoles el nombre del santoral de la fecha, así: Pica fue el día de San Andrés, a Tarapacá el día de San Lorenzo, Arica el día de San Marcos, Azapa el día de San Miguel, Tacna el día de San Pedro, Tarata el día de San Benito Abad. 
Fue Pedro Pizarro quien sofocó la rebelión de Manco II en 1536 en las regiones de ChucuitoMoquegua, Tacna y Tarapacá. Luego, se le entregarían al mismo Pedro Pizarro las encomiendas de Tacna y Arica mientras que la encomienda de Tarapacá a Lucas Martínez Vegazo. Por otro lado, en 1573 debemos mencionar que el virrey Toledo encarga al licenciado Juan Maldonado de Buendía establecer una Reducción de Indígenas en el pueblo de Takana.
En 1607, se tiene conocimiento que el teniente de corregidor es Don Juan de Frías. Entre 1607 y 1612, se denomina al pueblo del valle del Caplina como San Pedro de Takana o Tacana, siendo el cacique principal de pueblo Pedro Quea. Los conquistadores modificaron el nombre primitivo de Takana por Tacna. Tacna era un caserío de nativos y mitimaes.
El Papa Paulo V, a pedido del rey de España, mediante la bula del 20 de julio de 1609, autoriza la creación del obispado de Arequipa, segregándolo del obispado del Cuzco.
El virrey Juan de Mendoza y Luna, marqués de Montesclaros, por auto del 17 de octubre de 1613 y encargo de del papa Paulo V y el rey Felipe III, hizo la división eclesiástica y política de Arequipa. Allí se establece que la demarcación de la nueva diócesis, integrada por 7 corregimientos: Arequipa, Collaguas, Condesuyos, Camaná, Vitor, Carumas-Ubinas y Valle de Moquegua y Arica con la provincia de Tarapacá. Dentro del corregimiento de San Marcos de Arica, quedó incluida la parroquia de San Pedro de Tacna, a cargo de una cura y otras parroquias como Tarata, Sama, Ilabaya, Putina y Locumba.
El auto del virrey Juan de Mendoza y Luna, de fecha 17 de octubre de 1613, establece la creación de San Pedro de Tacna como parroquia, intervino en la ejecución del mandato del virrey, el Deán de la iglesia de Arequipa, don Pedro Ordaz de León.6 7 El primer párroco fue Pedro Téllez, quien hizo levantar el primer templo. Siguen como párrocos: Pedro Manrique, Luis Arias y Diego Armenta. El quinto párroco, Melchor Méndez, hizo levantar un nuevo el templo dedicado a San Pedro apóstol en 1679.

Época republicana

Luego de proclamada la independencia, se establece el gobierno de Perú, siendo el ariqueñoHipólito Unanue el ministro de hacienda del primer gobierno peruano.
Durante la Confederación Perú-Boliviana, que propuso Andrés de Santa Cruz, la ciudad de Tacna fue sede del Congreso de la Confederación.
El 9 de diciembre de 1841, Tacna fue ocupada por las tropas del ejército Boliviano al mando delcoronel boliviano Manuel Rodríguez Magariños siendo desocupada más tarde, después de las múltiples derrotas sufridas por el ejército invasor a manos del ariqueño Juan Bautista Ramos, mayor del ejército del Perú, que organiza una guerrilla con los vecinos de Azapa y se enfrenta a las fuerzas bolivianas de Bernardo Rojas en Arica el 25 de diciembre de 1841. En Sama, el coronel tacneño José María Lavayén organiza una tropa que logra derrotar a los Bolivianos de Rojas. En Locumba, el coronel Manuel de Mendiburu también organiza fuerzas entre quienes se encontraba Justo Arias y Aragüez en 1842, también José Rosa Ara organiza en Tacna una columna de campesinos y en Altos de Chipe (Locumba) derrota a una columna boliviana. Estos hechos obligan a las fuerzas bolivianas derrotadas a replegarse a Puno y posteriormente regresar a Bolivia.







1 comentario:

  1. Buscando insumos para una investigación, topé con este sitio y tuve el disgusto de encontrarme con la especie de que dos evangelizadores venidos en la expedición de Diego de Almagro habrían fundado Tacna y otras localidades con el solo expediente de celebrar una primera misa. Lamento que se presente como oficial información que no es histórica; esto es, que no está avalada documentalmente. Esto de los dos evangelizadores es nada más que una elaboración propia de Rómulo Cuneo Vida. De este historiador conozco casi toda su bibliografía, me ha servido muchísimo en lo que es Colonia, pero en la parte Contacto y colonia temprana tiene formulaciones bastante insólitas, pues no cuajan con la historia. Vemos.
    En la expedición de Almagro a Chile venían seis sacerdotes, pero no aparecen los nombres de los mercedarios Antonio Sarmiento Rendón ni Francisco Ruiz Castellanos. ¿Cómo creer que realizaron una primera misa en el que sería día santoral y advocación patronal de cada uno de sus pueblos.
    Aceptarlo es afirmar que estuvieron meses en un territorio desconocido y aún no conquistado, en circunstancia que el regreso de Almagro al Perú fue en forma apresurada, pues urgía llegar al Cuzco a apoyar a Francisco Pizarro frente a la insurrección del Inca Manco II
    De Cuneo Vidal es también la idea de que al regreso de Almagro al Perú se quedaron algunos españoles en Tarapacá. La crónica española nos dice que al llegar a Pica, Almagro se sorprendió al encontrar los cadáveres de varios españoles masacrados por los piqueños. En tales condiciones, absurdo que alguien quisiera quedarse.
    El mismo Rómulo Cuneo es autor de un relato libre (ficción literaria) en que atribuye a fray Antonio Sarmiento Rendón el origen del templo original y del pueblo tarapaqueño de La Tirana y así se creyó en Chile y se repite hasta hoy desde que se publicó en Iquique dicho cuento. La investigación histórico-antropológica nos revela otra cosa que poco o nada ha influido, ya que se insiste en algo que no es historia ni tampoco leyenda. No incurramos en lo mismo.
    Soy chileno, vivo en Arica y me dedico a la investigación. No hablo con soberbia, sino con dolor. No puede ser que en Tacna, ciudad a la que adoro, se difunda este tipo de distorsiones que no son conocimiento genuino ni generan identidad. Por el contrario, los editores de medios deberían consultar lo que informan tantos y valiosos historiadores peruanos que son quienes iluminan mis afanes investigativos.
    Por responsabilidad social y lealtad a la comunidad tacneña, eliminen esa (des) información y traten de ofrecer episodios y casos realmente interesantes que contiene el envidiable desenvolvimiento de esa querida ciudad.
    Un abrazo sincero y fraterno.
    Braulio Olavarría Olmedo

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